La vida te va deformando, o construyendo. En mi caso personal creo que es una mezcla de ambas. Soy el Frankenstain resultante del experimento de mi vida.
Tengo el corazón hecho añicos. Pero creo que la claridad está llegando por fin. La saliva sigue siendo agridulce. No soy una persona fácil. Conmigo no te aburres, probablemente porque mi mente viaja a mil kilómetros por hora, y en estos minutos estoy aceptando que sólo una persona en este planeta le puede seguir el paso a mi mente y corazón. Inclusive puede detenerlos y hacer que vuelva.