He aquí que te estoy esperando fielmente como todas las noches. Esperando pacientemente tu regreso. Me gusta esperarte frente a la ventana, para que cuando te acerques a mi casa, me veas desde lejos. Todas las noches acomodo la silla a lado de la ventana que da a la calle, muy arreglada y femenina, como mi madre me enseñó que debe ser una novia y una esposa.