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La espera...

He aquí que te estoy esperando fielmente como todas las noches.  Esperando pacientemente tu regreso.  Me gusta esperarte frente a la ventana, para que cuando te acerques a mi casa, me veas desde lejos.  Todas las noches acomodo la silla a lado de la ventana que da a la calle, muy arreglada y femenina, como mi madre me enseñó que debe ser una novia y una esposa.

¿Pensarás en mi?...Supongo que si, aunque en tus actividades diarias probablemente me olvides a ratos. Yo te confieso que hay momentos en que no pienso en ti, pero dura unos pocos minutos, cuando la gente o los quehaceres me distraen.  Pero en cuanto tengo un momentito libre, regresas a mi mente y mi corazón late con más fuerza, que a veces pienso que se saldrá de mi pecho.

Procuro terminar temprano, para que a las ocho en punto, como todas las noches, este yo a lado de la ventana para esperarte. Tú siempre tan guapo y tan galante.  Con tu sonrisa que me ilumina la vida.  Defintivamente eres el hombre de mi vida.  Nunca te olvidaré y nunca te dejaré ir.

Yo me he esmerado en ser la mejor mujer para ti.  Todos los días.  Soy buena y muy religiosa.  Seré una buena madre para tus hijos... Bueno, si Dios quiere. Porque el tiempo ha pasado, y no se si Dios nos mande hijos. A veces me da miedo, porque ya no soy tan joven como antes, por eso me esmero mas en verme bonita para ti, para que me encuentres igual que siempre.

No es que me queje porque te tardas.  Yo estoy segura que estarás aquí tarde o temprano.  Por eso te espero todas las noches, fielmente frente a mi ventana, porque te espero.  Aunque a veces, mi mirada se pierde en el camino, esperando a que aparezca tu silueta ...porque no se si te has fijado, pero tengo veinte años esperando pacientemente tu regreso...

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