Cheque en Blanco es una de esas canciones, que a las mujeres -e inclusive a los hombres- les emociona al escucharla. Las mujeres nos sentimos más machotas y le decimos a los pérfidos hombres lo que pensamos de su mal gusto.
La canción no la compuso una mujer arrabalera. Todo lo contrario, la compuso Emma Elena Valdelamar, una mujer culta, de mucho mundo y bastante guapa en su juventud. Ya escribí un post anterior de Emma Elena, mencionando cosas que se me hacen interesantes de su canción Mucho Corazón. Ahora que en nuestras épocas la hizo famosa Paquita la del Barrio, ya que resulta bastante suigeneris al cantar, porque cantantes cubiertas de lentejuelas hay en muchos bares.
He de confesar que la versión favorita de aquí su servidora, es la primera que hizo, con unos arreglos del nabo y que suena bastante burda, pero suena demasiado honesta. Digamos que si se trata de sufrir cantando, Amy Winehouse es la Paquita la del Barrio de primer mundo (claro que con unas habilidades musicales mas sofisticadas y que poéticamente el desamor lo llevó al vicio y a la perdición) y en mas desmadre. Es más honesta que la D'Alessio, porque esta es otra que se la pasa mandando a la fregada a los hombres pero siempre trae uno nuevo, peor que el anterior.
Jaime Almeida, que es un historiador de música en general (que tenia sus teorías raras acerca de la muerte de Elvis, pero eso no le quita valor), cuenta en una columna del periódico Milenio, la historia de Cheque en Blanco. Es igual de interesante y divertida que la canción en sí. Después les dejo la primera versión grabada de la misma, con una machota maravillosa: Chelo Silva.
Y bien, cuenta la leyenda que:
"Cuenta Ema Elena que la canción surgió como resultado de otra historia romántica con desenlace desagradable. Un acaudalado empresario que andaba tras de sus huesos la invitó a una fiesta privada para que la conocieran sus amigos. Ya en el lugar, le pidió que cantara. Mientras ella entretenía a los invitados, él se apartó a un rincón oscuro y comenzó a besuquearse con otra mujer. Al terminar de cantar, Ema pidió su sombrero y su bastóny se largó, furiosa, del lugar. Pasaron varias semanas. Ema fue invitada a una nueva reunión a la que asistían, entre otros personajes, el licenciado Adolfo López Mateos y el empresario Carlos Trouyet. Al llegar a la fiesta la compositora notó que entre los invitados estaba aquél que la había ofendido al prodigar sus besos con otra en su presencia. Después de unos instantes, el tipo se le acercó pidiendo disculpas por su cuestionable conducta anterior. Ema le dijo que no se preocupara, que incluso le había escrito una canción. Él, muy orondo, le pidió que la cantara y exigió silencio a la concurrencia para que pudieran escucharla todos. Entonces se interpretó por primera vez “Cheque en blanco” .....Todos los presentes estallaron en sonoras carcajadas. El susodicho, rojo de coraje, se acercó a la compositora y sacando su pistola la increpó diciendo: “Ninguna mujer me ha insultado de forma tan salvaje. ¡Te voy a matar, hija de la @#&?$*+€]…!” Y cuando estaba a punto de apretar el gatillo se acercó don Carlos Trouyet —llorando de risa— y le dijo: “Guarde la pistola, compadre, ya quisieran muchos hombres que Ema Elena Valdelamar les escribiera una canción aunque fuera para mentarles la madre”. (Extraído de Éxitos del desamor del Periódico Milenio, cuyo autor es Jaime Almeida).
Pues bien, ahora que sabes la historia, todos juntos entonemos Cheque en Blanco (porque por lo menos yo, la canto con mucho sentimiento). Hasta la próxima.
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