Si los lugares o las cosas hablaran nos contarían muchas cosas que ignoramos de donde estamos pasando la vida. Y es curioso porque pensamos que los acontecimientos históricos pasan en lugares lejanos y extraños, pero a veces están más cerca de lo que imaginamos. La historia que les voy a contar sucedió en mi pueblo natal: Calkiní, Campeche, que es tan hermoso que también es conocido como la Atenas del Camino Real. Mi pueblo es muy antiguo y si pudiera hablar les platicaría de mis ancestros los mayas, de los españoles, de las grandes haciendas henequeneras e historias interesantes que suceden sin un periodo histórico en particular que las enmarque. Sin embargo – retomando la idea inicial- la historia que les cuento, sucedió atrás de la casa donde nací y crecí, que es la casa de mis padres y en el terreno que mi hermana Juana heredó. La mayoría de los terrenos de la Península de Yucatán tienen cuevas. Sirven de sitio de trabajo, descanso e inclusive de juego. En la cueva ubicada en la
¿Y a ti a qué te sabe la vida?