La capacidad de soñar es lo que muchas veces nos hace seguir con vida. Quien ha perdido esa capacidad se vuelve un poco amargado y hay personas, que por más que la vida las ha pateado encuentran un sueño nuevo por el cual vivir y ser felices.
Doña Barbarita es una señora cuya vida parece sacada de una película de esas que protagonizaba Marga López. De niña fue abandonada por su madre, porque el hombre en turno no queria estorbos, así que la mandó a un horfanatorio. Posteriormente cuando se casó, su marido era un hijo de suchi (como dice mi bien amado Primo Neto), se peleaban todo el tiempo e inclusive ella lo agarró a pedradas una ocasión (hubo mole y toda la cosa). Años después, al señor literalmente se lo llevó el tren, por lo que quedó viuda. Sola, buscó la manera de tener el dinero suficiente para educar a sus hijos de la mejor manera, ¿y los hijos?, pues una se embarazó del primero que pasó (¿o era el cuarto? ahi todavia hay una controversia en mi pueblo) y su hijo chiquito se volvió un vago sin oficio ni beneficio. Ya que la hija se casó, botando a la basura todos los sacrificios que hizo su mami por pagarle una escuela particular, su hijo más pequeño le dió dolores que no tienen perdón. Una vez le dijo que ojalá se muriera y dejara de estorbar ¡Que dolor mas grande!. Claro que como el idiota ese vivia y comia en casa de su mamá pues se hizo el loco y a la fecha no le ha pedido disculpas. Hasta que un dia se cansó y lo corrió, lo lanzó a la vida a que creciera y se rompiera la madre.
¿Y ella?, no pierde su sonrisa, ya que maravillosamente encuentra en pequeñas alegrias cotidianas y nuevos sueños el lugar de donde tomar la sonrisa siguiente. Es una señora que sonrie todo el tiempo, además de ser amorosa y cariñosa. "Que hermosa se ve hoy Señorita Liz" y yo me emociono, me contagia de alegría. En diciembre sufrió un atraco, donde los amantes de lo ageno la despojaron de la mercancía con la que se gana el sustento. Por esas fechas, falleció la 'Awela' y no vimos a Doña Barbarita hasta hace unos dias.
Cuando abrí la puerta era todo sonrisas. "Buenas Tardes Señorita Liz" me dijo con su amplia sonrisa. "No habia venido porque no sabia que decirle a su mami. Es que no se que decir cuando algo tan triste pasa", yo le dije que no habia problema, que sabemos que es dificil pero que la vida sigue (¿qué mas se dice en esos momentos también?). Al salir mi mamá, hizo el acto más honesto que vi en mucho tiempo, lleno de una gran belleza y sencillez: Abrazó a mi mami y le dijo: "La quiero mucho Ramoncita, la quiero mucho". ¿Qué mejor palabras que esas?, los te quieros sinceros y honestos son más dificiles que encontrar que diamantes en la Sierra Leona, y tienen un valor similar a un diamante ya pulido y montado (ah sigo con mi berrinche del anillo...next!). Después de una corta plática sobre la vida y los adioses nos contó su nuevo sueño: Se va a Israel en diciembre, por lo que esta vendiendo quesos para poder solventar el viaje.
No dudo ni tantito que consiga juntar el dinero para irse a Tierra Santa, y si no lo consigue por lo menos se habrá divertido en la búsqueda de ese sueño hasta encontrar el siguiente.
Por supuesto que le compramos quesos, y por supuesto que estan deliciosos. Y lo más delicioso de todo es esa gran lección:
Gracias a Doña Barbarita por sus sonrisas, sus sueños y sus quesos. Y por cierto ¿Cuál es tu próximo sueño?
Doña Barbarita es una señora cuya vida parece sacada de una película de esas que protagonizaba Marga López. De niña fue abandonada por su madre, porque el hombre en turno no queria estorbos, así que la mandó a un horfanatorio. Posteriormente cuando se casó, su marido era un hijo de suchi (como dice mi bien amado Primo Neto), se peleaban todo el tiempo e inclusive ella lo agarró a pedradas una ocasión (hubo mole y toda la cosa). Años después, al señor literalmente se lo llevó el tren, por lo que quedó viuda. Sola, buscó la manera de tener el dinero suficiente para educar a sus hijos de la mejor manera, ¿y los hijos?, pues una se embarazó del primero que pasó (¿o era el cuarto? ahi todavia hay una controversia en mi pueblo) y su hijo chiquito se volvió un vago sin oficio ni beneficio. Ya que la hija se casó, botando a la basura todos los sacrificios que hizo su mami por pagarle una escuela particular, su hijo más pequeño le dió dolores que no tienen perdón. Una vez le dijo que ojalá se muriera y dejara de estorbar ¡Que dolor mas grande!. Claro que como el idiota ese vivia y comia en casa de su mamá pues se hizo el loco y a la fecha no le ha pedido disculpas. Hasta que un dia se cansó y lo corrió, lo lanzó a la vida a que creciera y se rompiera la madre.
¿Y ella?, no pierde su sonrisa, ya que maravillosamente encuentra en pequeñas alegrias cotidianas y nuevos sueños el lugar de donde tomar la sonrisa siguiente. Es una señora que sonrie todo el tiempo, además de ser amorosa y cariñosa. "Que hermosa se ve hoy Señorita Liz" y yo me emociono, me contagia de alegría. En diciembre sufrió un atraco, donde los amantes de lo ageno la despojaron de la mercancía con la que se gana el sustento. Por esas fechas, falleció la 'Awela' y no vimos a Doña Barbarita hasta hace unos dias.
Cuando abrí la puerta era todo sonrisas. "Buenas Tardes Señorita Liz" me dijo con su amplia sonrisa. "No habia venido porque no sabia que decirle a su mami. Es que no se que decir cuando algo tan triste pasa", yo le dije que no habia problema, que sabemos que es dificil pero que la vida sigue (¿qué mas se dice en esos momentos también?). Al salir mi mamá, hizo el acto más honesto que vi en mucho tiempo, lleno de una gran belleza y sencillez: Abrazó a mi mami y le dijo: "La quiero mucho Ramoncita, la quiero mucho". ¿Qué mejor palabras que esas?, los te quieros sinceros y honestos son más dificiles que encontrar que diamantes en la Sierra Leona, y tienen un valor similar a un diamante ya pulido y montado (ah sigo con mi berrinche del anillo...next!). Después de una corta plática sobre la vida y los adioses nos contó su nuevo sueño: Se va a Israel en diciembre, por lo que esta vendiendo quesos para poder solventar el viaje.
No dudo ni tantito que consiga juntar el dinero para irse a Tierra Santa, y si no lo consigue por lo menos se habrá divertido en la búsqueda de ese sueño hasta encontrar el siguiente.
Por supuesto que le compramos quesos, y por supuesto que estan deliciosos. Y lo más delicioso de todo es esa gran lección:
Jamás pierdan la capacidad de soñar, porque cuando lo hagan, perderán la capacidad de vivir.
Gracias a Doña Barbarita por sus sonrisas, sus sueños y sus quesos. Y por cierto ¿Cuál es tu próximo sueño?
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