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Lady Di y las razones del corazón.

Hace un tiempo me uní a un grupo en Facebook que se llama Demandemos a Disney por hacernos creer en el Príncipe Azul, donde muchas mujeres despechadas por no encontrar lo que pensamos que debería ser en el amor, culpamos a Disney por vendernos la idea del "Felices para siempre".   Broma o no, el sitio tiene más de 20 mil seguidoras. 

Esta búsqueda del amor y la felicidad depositada en otra persona, nos desgasta sobre todo desde el nacimiento del Romanticismo.  Jane Austen y sus historias de encontrar un acaudalado hombre que nos saque de problemas financieros pero que nos permita seguir siendo auténticas e independientes, pero siempre con el ingrediente de ser rescatadas por un sofisticado y acaudalado macho, ha sido el sueño fabricado desde esa época hasta las novelas de hoy en día, y hay legiones de mujeres que siguen comprando dicho cuento (incluida yo).  Pero igual hay que ser realistas:  Jane Austen nunca se casó.  Otro caso dónde una persona que no tiene idea de algo, recomienda como hacerlo, pero ese será el tema de otro post.


Conseguir esta felicidad marca Disney, nos resulta casi imposible, porque no hay hombre perfecto y nadie nos explicó, que fuera de las novelas y de las películas de hora y media de dibujos animados, la realidad generalmente es al revés:  los Príncipes se transforman en Sapos. Esta realidad la viven inclusive, quienes alentaron en dado caso esta idea de, el Príncipe Azul, o Prince Charming.

Diana Spencer, es el caso perfecto.  Ella es la personificación de la última princesa de ensueño, que no pudo con la realidad, se reinventó a si misma y se convirtió en leyenda.  Y como en todas las historias de amor conocidas, siempre vemos lo que se quiere mostrar.  Pero ella es la representación de lo que Disney nos ha enseñado que debe ser:  una mujer de vida triste, que es elegida por el Principe para hacerla feliz.  Virtuosa, hermosa, aristócrata y sobre todo con una sonrisa que derritió al mundo entero, pero eso sí, muy bondadosa. Esa es la imagen de la princesa perfecta.  Recuerden que la virtud era algo muy importante:  Lady Diana Spencer era virgen y sin currículum vitae amoroso. Este requerimiento hacía que las chicas del mundo deseáramos ser virtuosas para casarnos con nuestro Principe Azul particular.  Ahora la virtud se ha ido al carajo porque parece que la moda entre los Principes es casarse con la mas zorra ( Hakon de Noruega y Felipe de Asturias por ejemplo:  el primero se casó con una mujer sin oficio ni beneficio, borracha, con fotos topless, ex esposa de un mafioso.  El segundo se casó con la chica que sale enseñando las bubis en un disco de Maná, y que aparte se rumora que en México hizo  deshizo cuando vivió aquí, y en España, ni se diga).   Así que podemos hacer de nuestra vida un cacahuate y todavía aspirar a un Príncipe de verdad, pero ese ya es otro cantar.  Regresemos al tema.

Desnudo de Letizia Ortiz, que aparece en
el CD "Sueños Líquidos" de Maná.


La cosa es que Lady Di, como todas nosotras pensó que se casó con un Principe Azul, pero al final se casó con uno de verdad. Analicemos la realidad de esta Princesa:  


  • El Príncipe Carlos, guapo, no es.
  • Como futuro líder de un país, estaba forzado a encontrar una esposa que le diera un heredero lo mas pronto posible.  
  • Los matrimonios por conveniencia eran tradicionales en las familias reales.
  • El  Príncipe Carlos fue novio de su hermana Sarah, cuando Diana era niña.
  • Y lo mejor:  Cuando Carlos se le declaró, lo hizo en presencia de sus padres (la Reina Isabel II y el Príncipe de Edinburgo) la Reina Madre, y se dice que algunos miembros del parlamento.
  • Jamás le dijo que la amaba, si no que le hizo una proposición bastante diplomática de que fuera su esposa, porque pasaron a ser de conocidos, a prometidos.  No hubo noviazgo.
¿Ella que respondió?.  Se dice que dijo un tímido:  "Si, por favor".  ¿Cómo es que después de todos estos puntos que les menciono, Diana pensó que Carlos era su Príncipe Azul?.  Muy fácil:  esa propuesta en teoría, le proporcionaría todo lo que ella no había tenido en su infancia:  Una familia con final feliz.

Imaginate que siempre has estado enamorada de alguien.  Lo conoces de toda la vida, es más, hasta jugabas con su hermano cuando eran niños. Eres algo tan cercano y tan común que ni siquiera eres notado, porque hay que recordar que cuando el Príncipe empezó su andar entre las posibles futuras reinas, Diana era una niña, por lo tanto no la consideró durante mucho tiempo, hasta que ella se presentó a darle sus condolencias por la muerte de Lord Mountbatten (abuelo de Carlos).  Y entonces, un día cualquiera, de la noche a la mañana, ese amor imposible, casi casi idolatrado te pide que seas su esposa. ¿Quién diría que no?, ¿Pensarías tú en las circunstancias que te acabo de plantear arriba?. Claro que no. Yo por lo menos pensaría que fue un regalo del cielo.

Para Carlos fue una revelación. Encontró una chica tímida, de familia aristócrata, conocida por ellos (principalmente por la Reina Madre, que abogó por la candidatura de Diana debido a su amistad con Lady Althorp que era su abuela), virgen y con un linaje aún más antiguo y azul que los Windsor mismos.  Debido a las presiones por establecerse, se agarró a la mas propicia y mensa que se encontró.

Diana de verdad creyó que sería la felicidad.  Carlos cumplía con su deber, porque estaba enamorado de una mujer muy distinta a Diana, que curiosamente viene de una familia de amantes reales. Pensó que la esposa que eligió entendería su papel. Sin embargo, su princesa no entendió, porqué la realidad es distinta al cuento que al parecer pactó realizar.  Y entonces surgió la rebeldía:  la venganza sería dulce y con su propio veneno.

Camilla Parker en su boda con Carlos
A la fecha se siguen preguntando, ¿qué tan idiota será el príncipe Carlos por no preferir a Diana sobre la Camilla 'Cara de Caballo' (apodo puesto por los ingléses pro Di)? Porque como les menciono: Disney nos vendió una idea de la princesa perfecta y Lady Diana sin duda fue una princesa de cuento, que se casó con un Príncipe que se convirtió en uno de los sapos mas pendejeados por su propio género. 


¿Qué no vimos? tal vez el carácter tan inestable que se dice que Diana tenía.  Los romances que ella discretamente también tuvo, y sus raros ataques a una de las instituciones más antiguas de la historia mundial, pero a la que curiosamente pertenecía y le dio los repuestos para continuar.  


Realmente jamás nadie nos ha mencionado si Blanca Nieves tenía bonito carácter, o si Cenicienta fue fiel para siempre.  Curiosos e inteligentes, los escritores de Disney nos establecen el inicio y final feliz en un mismo momento:  La Boda.

Este cotilleo lo saco porque en unas dos horas el hijo de Diana se casará.  Las circunstancias de esta boda son totalmente distintas, y tal parece que 'the bride to be' entiende perfectamente su papel:  será la esposa de un Príncipe, por lo que debe de actuar inteligentemente como lo ha hecho hasta el día de hoy.  ¿Qué si no inteligencia define a una chica que en otros tiempos no tendría posibilidades de ni siquiera considerada como candidata a princesa  y que ahora será futura reina de los ingleses?.  Kate hizo el ser la mujer ideal de su futuro esposo, un trabajo de tiempo completo, para lo que se estuvo preparando toda su vida (en un principio sin saber, después de conocerlo con razón de causa). ¡Y lo logró!

A lo que voy es a esto:  El corazón entiende razones que el cerebro no comprende, pero en cuanto se pasa la llamarada de petate, te quedas con las razones que el cerebro le decía al corazón que escuchara.  Así que hay que tratar de encontrar el balance, o ver las cosas con un cristal diferente.  A veces es más divertido tener un sapo a toda madre (como tal vez es Camilla, porque de otro modo, yo tampoco me explico), que un príncipe que nos fabrique un aburrido y triste cuento, porque las niñas buenas son princesas, las niñas que somos como se nos pega la gana somos lo que queremos.


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